Diversificación de inversiones
Habiendo, en los últimos artículos, tratado de navegar sobre como se concibe, se estructura y se seleccionan inversiones, es paso obligado hablar sobre cómo se protegen las inversiones. Y, cómo ese proceso de protección, simultáneamente influye el proceso mismo de seleccionar inversiones.
Simple y llanamente una inversión se protege diversificándola. Que no es otra cosa que el viejo principio de “no pongas todos tus huevos en una sola canasta”. Literalmente, no coloques tu dinero en una sola inversión. Porque, igual que el finquero, donde un tropezón o resbalón mal dado, le deja sin ningún huevo, cambios en las condiciones de la economía y el negocio, pueden menoscabar seriamente tus ahorros concentrados en una sola inversión.
La definición de diversificación es, la práctica de dispersar tus inversiones de manera que tu exposición a los riesgos, sea mínimo. Pero diversificación es mas que dispersar, distribuir o desparramar tu plata en múltiples inversiones. La clave es que esa distribución, efectivamente reduzca el riesgo conjunto de las inversiones.
De allí que la primera lección es que no se invierte en un título, se invierte en una combinación de títulos, se invierte en una cartera o el anglicismo “portafolio”. Invertir en una sola acción, digamos una aerolínea, por muy rentable y segura que se vea, es estar expuesto de lleno a los riesgos inherentes al transporte aéreo. Un riesgo mayor de las aerolíneas son los costos del combustible, que dependen de los precios de petróleo. Altos precios de petróleo reducen la rentabilidad de las aerolíneas. Y si la aerolínea trata de subir los precios para neutralizar los aumentos de petróleo, puede afectar negativamente la demanda de pasajeros.
Si para diversificar, el inversionista escoge invertir en una segunda aerolínea, solo está diversificando el riesgo gerencial, o sea que esa segunda aerolínea tenga otra estrategia u otros mercados, pero no estas eliminando los riesgos derivados del precio del petróleo. Sigues teniendo pocos huevos fuera de la canasta.
Con un poco de lógica podemos ver que, si queremos protegernos de los riesgos inherentes al transporte aéreo, debemos buscar sectores que no compartan los riesgos de las aerolíneas. Por ejemplo, sectores donde el precio del petróleo no sea tan determinante en la rentabilidad. Así, podríamos mirar oportunidades en empresas de telecomunicaciones, por ejemplo, cuyos riesgos no están relacionados a los de las aerolíneas. Con esta combinación hemos reducido el impacto de los costos de petróleo en la cartera de inversiones a la mitad. Pero, a cambio de asumir nuevos riesgos, como el cambio acelerado en la tecnología, inherente en las empresas de telefonía y similares. El riesgo neto resultante será menor, en la medida que invertimos en dos tipos de empresas. Pero eso no asegura que el riesgo total de la cartera sea optimo.
Ahora bien, si para diversificarnos escogemos industrias o empresas con riesgos inversos a nuestra primera inversión, como invertir en una empresa petrolera, la cosa cambia. Ahora, altos costos de petróleo perjudican la rentabilidad de la aerolínea, pero benefician la rentabilidad de la petrolera. En este escenario, y asumiendo que no hay otros factores, los negativos se cancelan con los positivos y si bien cada empresa tiene riesgos concretos y conocidos, la cartera en teoría tiene un riesgo muy bajo. Pero no riesgo cero.
Arriba digo, riesgo muy bajo y no riesgo cero por varias razones. Primero porque, aunque las inversiones fueran idénticas y a precios idénticos, el movimiento del petróleo va a afectar los precios de las acciones en forma diferente y seguramente en momentos diferentes. Una segunda razón y más compleja, es que el cambio de precios del petróleo no es el único factor que determina el perfil de riesgo de ambas empresas. Las empresas petroleras, por ejemplo, tienen riesgos ambientales, que también tiene las aerolíneas y que no está mitigado en esta cartera de dos inversiones. Y bien pudiera ser, que agregar una tercera inversión, poco correlacionada con los riesgos compartidos, de las otras dos, en efecto se reduzca el riesgo total de la cartera sin afectar la rentabilidad combinada.
Como nos podemos imaginar, en la medida que vamos agregando inversiones a la composición de la cartera, más complicada se vuelve la correlación de los riesgos y los retornos. El proceso es tan complejo que, en la práctica, se parte del riesgo-retorno deseado y, la cartera de inversiones, es el resultado de ceñirse a ese objetivó de riesgo-retorno. Por eso dije al principio, que, es el objetivo, quien determina que valores entran en la cartera de inversiones y cuando. Irónicamente muchas inversiones que en papel se ven robustas y prometedoras, cuando se mide su contribución al sancocho de la cartera, no se aceptan. Y muchas, con menos retorno, pero perfil de riesgo atípico, son muy bienvenidas. Usando la alegoría del sancocho, por muy suculento que se vea un pollo gordo, a lo mejor lo que la sopa necesita es una gallina huesuda que añada elementos que el pollo no tiene.
Hemos simplificado el proceso de diversificación para resaltar su lógica y racionalidad. Con ello, hemos omitido hablar de importantes componentes de la diversificación, como la geográfica, las diferencias del riesgo entre renta fija y variable. Si añadimos, que todo esto se da en un contexto dinámico, parece imposible lograr carteras óptimas. Sin embargo, hace ya bastante que la ciencia financiera y la tecnología han resuelto lo que parecía imposible. Primero, desde 1952 se han desarrollado formulaciones matemáticas y teoremas sobre la correlación del riesgo retorno.
De allá para acá, se desarrollaron múltiples modelos sobre estrategias óptimas de inversión, donde sin aumentar el riesgo de una cartera se podrían lograr retornos más atractivos y viceversa, es posible reducir el riesgo de la cartera sin sacrificar retorno. El advenimiento de la computación hizo posible formular infinitas iteraciones de carteras y riesgos en forma casi instantánea y con ello una capacidad inigualable de análisis accesible al mercado.
Hoy, nadie, excepto para fines educativos como este artículo, intenta construir una cartera añadiendo y sacando inversiones de una a una. Muchas carteras ya están construidas y probadas en los infinitos fondos de inversión o en los innumerables índices bursátiles. Para quien quiere construir carteras nuevas, existen herramientas digitales para su construcción, seguimiento y modificación. Gracias por eso.
Pero como todas las cosas, no se puede volar un caza supersónico ultimo modelo sin haber empezado por entender y pilotar el pequeño monomotor donde se concentran todas las lecciones y trucos de la gravedad, los vientos, las tormentas y las limitaciones del viejo aparato. También, en los mercados financieros poco desarrollados no existen ni los indicios ni los datos de mercado para construir modelos confiables. Allí todavía, pero cada vez menos, hay que hacer la larga y tediosa tarea de volar sin instrumentos.
En la próxima entrega examinaremos el largo e interesante camino de las teorías, los aciertos y desaciertos, y el aporte de la ciencias y la tecnología a los sofisticados modelos de riesgo y retorno que ahora tenemos. Gracias por leerme.
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